3. oct., 2022

A propósito de 'Blonde'

El sábado me armé de valor y me zambullí en Netflix para ver la película de la que todo el mundo habla. Es cierto que no es recomendable verla en un momento vital de sensibilidad a flor de piel porque la historia te sitúa en ‘bajona’ desde el primer minuto. Es triste de principio a fin. Es dura, cruda y revuelve… pero, aunque no es un ‘biopic’ (está basada en una novela sobre Marilyn y se ‘inventa’ bastantes cosas), me parece perfecta como contrapunto a las edulcoradas películas sobre la vida y milagros de superestrellas que rondan por las pantallas de cine en los últimos tiempos.

Quizá la vida de Norma Jean no fuera tan exageradamente horrible, pero sí fue una tragedia. En ‘Blonde’ han conseguido, en mi opinión, un gran trabajo. La estética es impecable, incluso en las escenas más desagradables, no es explícita y está cuidada. El casting es maravilloso. Ana de Armas lo borda, pero no se quedan atrás las actrices que interpretan a su madre o a la Norma Jean niña, por ejemplo.

Dentro de toda la oscuridad, me alegra que hayan puesto un punto de luz en su relación con el escritor Arthur Miller. Por lo que he leído, este punto del guion es el más fiel a la biografía de la Monroe. Y lo digo porque hace tiempo (en 2020) escribí un artículo contando la historia de amor de ambos y no sé a qué esperan para producir una película al respecto.

Si has visto ‘Blonde’ y te dejó un regusto amargo, lee su historia con Arthur Miller. Es triste… pero hermosa. Miller conectó con Norma Jean, la comprendió y aunque no logró salvarla de su propia tristeza, siempre la quiso. Dicen que cuando recibió la noticia de su muerte, se desmayó y tuvo que recibir asistencia médica. Y es que la muerte de Marilyn fue como una escenificación de una de las frases más aterradoras que sobre ella misma pronunció en vida: “Estoy sola; siempre estoy sola, no importa lo que pase”.

Aquí tienes el enlace al artículo al que me refiero. Merece mucho la pena (nunca mejor dicho) conocer su historia.

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