28. mar., 2022

Memoria Histórica

En pleno corazón del casco histórico de La Laguna se encuentra el Palacio de los Condes del Valle de Salazar. La construcción de esta residencia condal, conocida como Casa Salazar, se remonta al siglo XVI y es un ejemplo muy destacado de la arquitectura típica canaria. Desde 1892 es la sede episcopal de la Diócesis Nivariense.

En 2006 un desolador incendio arrasó una parte de su legado y muchos objetos y documentos de gran valor fueron pasto de las llamas (entre ellos, el piano del compositor Teobaldo Power) y se tardaron varios años en completar su restauración. El pasado viernes, tuve el privilegio de adentrarme entre sus históricos muros, guiada por David Corbella, técnico archivero de esta Institución y una auténtica enciclopedia humana.

Tras saludar a un simpático señor que apareció por el precioso patio porticado (y que resultó ser D. Bernardo Álvarez, obispo de la Diócesis), David me llevó por aquel laberíntico lugar en el que solo dejé de hacer preguntas para respirar…  Pero en este honorable tour me esperaba el plato fuerte una calle más abajo, en el edificio de finales del XVII que alberga la sede del Archivo Histórico Diocesano. Sus fondos reúnen miles de legajos (los más antiguos datan del año 1520) que son minuciosamente custodiados por este importante centro para la investigación histórica y la genealogía.

El Archivo lleva ya varios años inmerso, en colaboración con el Cabildo de Tenerife, en una tarea ingente de digitalización de los libros de bautismo, matrimonios y defunciones de todas las parroquias de las Islas. Jesús Pérez y Samuel Tejera conforman el equipo responsable del Área de Digitalización, bajo la coordinación de David. (Y fueron muy amables conmigo, todo hay que decirlo).

Desde el inicio del proyecto y hasta la fecha se han superado las 200.000 imágenes. De esta manera, se facilita a los investigadores el acceso a las fuentes, incluso a  aquellas que han podido quedar fuera de consulta por grave deterioro pero que ahora se pueden examinar en formato digital. Al mismo tiempo la valiosísima documentación original va quedando protegida y conservada para las futuras generaciones.

El legado de este magnífico centro documental, cobró aún más importancia cuando, a finales de 2009, entró en vigor la denominada ley de nietos o Ley de Memoria Histórica, según la cual los descendientes de canarios en el extranjero pueden reclamar la nacionalidad española si demuestran que sus abuelos nacieron en las Islas.

El sistema que emplea el registro civil (que se remonta únicamente hasta 1871) no permite búsquedas que no incluyan la fecha exacta de nacimiento. Por lo tanto, para obtener la información de documentos más antiguos o para las familias que no disponen de los datos exactos de sus antepasados, la única opción posible es investigar en el archivo eclesiástico.

En este sentido, la historia de las Islas no puede entenderse sin estos archivos, que incluyen mucho más que partidas de bautismo, matrimonios y defunciones. Las paredes de estos emblemáticos edificios custodian una notable biblioteca, documentos históricos y obras de arte que merecen más de una visita. Y su labor de archivo y conservación, merece ponerse en valor.

Le debo un agradecimiento especial a D. Miguel Ángel Navarro, director del archivo histórico de la diócesis, por atenderme y escuchar con santa paciencia mis ‘descabelladas’ teorías acerca de la Orden del Temple… y a David Corbella por su inestimable acompañamiento, por responder tan generosamente a mi insaciable interrogatorio y por su disposición a colaborar con Nuevo Futuro Tenerife.

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